Entre el gol de Scholes y la eliminación del Barça pasó el nuevo anuncio de Nike en una de sus versiones largas. Un spot firmado por Guy Ritchie ('Cerdos y Diamantes', novio de Madonna, que cada uno decida qué tiene más mérito) que te deja clavado al sillón.
Una vez visto y digerido, la conclusión es obvia: la culpa es de la cámara. El mismo anuncio con una cámara y montaje cinematográfico habitual hubiera estado bien, se habría hablado de él y las estrellas Nike tendrían sus segundos de gloria publicitaria. Pero no, la cámara lo cambia todo. El anuncio es puro FPS (First Person Shooter); esa cámara significa que eres tú el que está ahí, te muestra que todo pasa rápido, que es confuso, que nunca tienes una visión completa de lo que ocurre a tu alrededor, que no sabes lo que hay detrás, que el tópico de 'el delantero decide en milésimas de segundo' es verídico y que en el fúbol el balón parece que siempre quiere estar de lejos de uno. La cámara también permite un tratamiento del sonido radicalmente distinto: la camiseta roza, los golpes son secos y contundentes, el balón genera su propia banda sonora y el público es ensordecedor. Los que jueguen a videojuegos FPS pueden traducir lo anterior por enemigos, partidas multijugador en las que no sabes de donde vienen los tiros (literalmente), sonido envolvente y disparos a la cabeza gloriosos.
No hay nada tan inmersivo como un FPS y sorprende que haya tenido que ser una marca comercial la que lo haya aplicado al fútbol, deporte huérfano de una película que lo defina y de un juego que refleje simulación pura y dura. Ambos medios, cine y videojuegos, siempre han optado por imitar la retransmisión televisiva, nunca han llegado a pisar la hierba. No existe 'Un Domingo cualquiera' de fútbol, donde las jugadas se filmaron en multicámara, situando cámaras a pie de campo y en la grada para tratar de cubrir todos los ángulos posibles y reflejar una visión global del juego. Tampoco lo hacen, curiosamente, los videojuegos, medio que puede poner cámaras donde y cuando quiera sin coste adicional [Nota: la serie FIFA, en la versión 2008 y la reciente versión Euro, te deja jugar como un solo jugador con una cámara al hombro que sigue tus movimientos y que se asemeja a la de 'Gears of Wear' por su brusquedad -al esprintar la cámara sube y baja, por ejemplo-]. El fútbol, comparado con otros deportes, nunca ha sido un campo en el que experimentar. Fútbol americano, boxeo, baseball, baloncesto y demás deportes tienen sus películas canónicas, de 'Hoosiers' a 'Toro Salvaje', y sus videojuegos revolucionarios (ya sea por su control o enfoque de la acción), 'Fight Night', 'Skate', 'Virtua Tennis', pero el fútbol no. El fútbol sigue a medio camino entre la épica poco creíble (una chilena de Pelé con una costilla rota ante un equipo nazi mientras Stallone para un penalty blocándolo) y la pseudo simulación en la que se necesitan combinaciones de cuatro botones para hacer algo que en la vida real es totalmente intuitivo. Apenas se salvan 'El milagro de Berna', la escena futbolística de 'La mala educación', las películas oficiales de los Mundiales, la inmediatez de 'Sensible Soccer' y las versiones iniciales del 'Pro Evolution Soccer', por aquellos tiempos 'International Superstar Soccer'; mención aparte merece 'Fiebre en las gradas', películas y libro, por enfocar el fútbol desde la grada y como eje central de una vida y el experimento de juego 'Libero Grande', mal hecho pero con buenas intenciones.
Algún dia habrá que investigar a fondo por qué el deporte más jugado y visto del mundo tiene este déficit audiovisual e interactivo. Mientras, habrá que ir recopilando las diferentes versiones de este spot.
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