El otro día, viendo un partido de Nigeria, salió desde el banquillo Kanu, uno de los jugadores más atípicos que ha habido en el fútbol en los últimos tiempos. Exponente del fútbol africano después de ganar los Juegos Olímpicos de Atlanta del 96, fichó por el Inter proveniente del Ajax, le detectaron un problema de corazón, se empeño en pasar por quirófano y jugar, fichó por el Arsenal, donde se asoció con Henry, Bergkamp, Pires y Overmars en diferentes etapas, y dejó goles antológicos para el recuerdo. Actualmente juega en el West Bromwich Albion.
Kanu es delantero, alto y espigado, pero no es rematador, ni muy rápido, ni fuerte físicamente. Le sobra técnica, es listo y no se pone nervioso, por eso sobrevive entre la tacticidad y músculo imperantes. Hace 20 años quizás hubiera marcado una época. En estos cuatro goles no están los que yo considero los dos mejores (el que le marcó al Depor, entró caminando con el balón en la portería, y el de tacón a Brasil en los Juegos Olímpicos), aún así cuatro golazos para empezar el fin de semana con un poco de arte.
Florece la Serie A
Hace 1 día
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