Eto'o

Sí, ha sido el mejor delantero de Europa de los últimos cuatro años con diferencia. Velocidad, instinto y, sobre todo, hambre. De goles, de títulos y, por encima de todo, de reconocimiento. Conseguidos los títulos, los goles y los premios individuales, sólo le queda recalar en un equipo en el que la estrella sea él. En Barcelona la estrella era Ronaldinho; el camerunés abría la lata, se peleaba con todos los defensas, daba el 110%, pero cuando llegaba a casa, en el resumen televisivo quedaba eclipsado por los detalles del brasileño. No ayudó que en los pocos partidos en los que quiso ser el referente ante la ausencia de Ronnie, bajando a buscar el balón y arrancando desde atrás, naufragó.
Sumemos que desde la lesión de menisco en Bremen, y esto es totalmente sujetivo, no se ha vuelto a ver a ese jugador explosivo que ganaba las jugadas al galope. Puede que haya encadenado lesiones y que desde entonces no pueda haber cogido el ritmo, no lo sé, pero hace dos años que el físico de Eto'o no es el que era.
Se sabe que no vamos a encontrar un Eto'o actual, a día de hoy no existe un jugador como el Eto'o que vino del Mallorca en toda Europa -aquel jugador conocía la Liga, había silenciado el Bernabeu y había marcado goles en un equipo de mitad de tabla, incluso ganado una Copa del Rey-.
Pero aún así, aunque su recambio no pueda suplir todo lo que él hacía, tener al camerunés en el vestuario es una bomba de relojería. Y si algo se ha aprendido estos dos últimos años es que o el grupo se compromete y van todos a una o no hay nada que hacer.