Sólo hay que ver jugar a Alves para advertir ese bien preciado que todo entrenador busca en un crack (al que se le suponen la técnica y la inteligencia para sobrevivir en un campo de fútbol marcando la diferencia): hambre; de títulos, de reconocimiento, de demostrar que se es mejor que el rival y que la millonada que pagaron por uno está más que justificada (aunque servidor no lo viera claro en verano, que al paso que va el Barça van a ser 36 kilos de nada...). A algunos el hambre les dura poco, a otros no se les acaba y Alves tiene pinta de ser de los segundos (al estilo Cafú o Roberto Carlos).
Linko el artículo de El País de ayer y que hoy aparece en todos los periódicos bajo el titular "Las excusas son para los perdedores" en referencia a las preguntas recibidas acerca del arbitraje sufrido en Getafe. A pesar de lo potente del titular yo me quedo con la siguiente frase: "[...] el título más importante es el que venga primero, después el siguiente y el otro."
Florece la Serie A
Hace 10 horas
3 comentarios:
por fin te das cuenta que un lateral derecho si puede valer eso
que frialdad casquero !
haber si no bajan porque entonces si que va a tener frialdad
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