Con Crouch siempre parece que el desastre está cerca, que fallará la ocasión más clara, que a pesar de medir dos metros no conectará el remate de cabeza o que acabará en el suelo después de un tropezón digno de un programa recopilatorio de caídas. Pero no, de alguna manera, Crouch se mantiene en pie, consigue dirigir el remate y se saca algún truco de la chistera. Hoy le ha marcado tres goles al Arsenal: uno de delantero centro, por anticipación, el segundo de rematador, con un cabezazo inapelable, y este tercero, en el que se pasa el balón por detrás para acomodarse el remate. Soberbio, nadie como él para mantener la sombra de la duda hasta el último momento.
Florece la Serie A
Hace 1 día
0 comentarios:
Publicar un comentario