Si hoy un alienígena aterriza en la tierra, ve jugar a Cesc y alguien le explica qué es el Balón de Oro, le da tres. Dos goles, un pase de gol, un pase estratosférico de 70 metros a Walcott, apoyos constantes en el centro del campo, pared con Hleb para que este le diera un gol a Walcott, que definió de forma magnífica, etcétera... Si hay más de un partido para ver y el Arsenal juega, no hay duda, hay que ver al equipo de Wenger, siempre, sin excepción. En cuanto a los españoles, el Sevilla ha atacado siempre que lo ha necesitado con un Capel estelar y entrando por las bandas -¡milagro!, los hay que aún utilizan las bandas-, y el Barça bien, gracias, a cuestas con la pájara -aunque oigo en la radio que en la primera parte han tenido ocasiones, lo que yo he visto en la segunda parte ha sido trote y embudo en la frontal-.
Mientras, Cristiano Ronaldo ha marcado un gol de cabeza que a servidor le ha recordado el de Santillana al Inter en la UEFA 84-85 -salvando mil distancias y diferencias-. Vucinic ha hecho de Totti con un golazo previo recorte en seco, Jo ha marcado por arriba con delicadeza y Benzema ha culminado un jugada de equipo con asistencia de tacón dentro del área incluida.
Fabregas, el primero del partido.