Lo verbalizó Cruyff y ahí sigue, como un ente abstracto que guía los designios del barcelonismo. El entorno genera nombres de entrenadores altenativos, denuncia juergas, desata la euforia en la victoria y se regocija en la derrota. No ayudan tampoco los bandazos ideológicos: hace dos años se le gritaba a Mourinho "vete al teatro" y hoy las 'fiables' encuestas online reclaman el látigo del portugués para un vestuario acomodado.
Curioso el ciclo del Barça: de ser el ejecutor de los galácticos a plagiarlo paso a paso e incluso pedir mano dura como en su día sucedió en Madrid con Capello. Una broma más del entorno, como aquella que decía que Gaspart iba a volver a fichar a Van Gaal...
Florece la Serie A
Hace 18 horas
3 comentarios:
Qué latigos y qué pollas, lo que los culés pedimos es un entrenador competente en la pizarra, estamos hartos de jerarquías y amiguismos, y pedimos rendimiento y rigor táctico.
victimas de la policia mas fascista Gabriele hermano...como carlo giuliani
HIJOS DE PUTA
Lo importante es separar. Entrenador tiene que infundar respeto, y no debe de hacer de amigo con los jugadores. Debe saber cambiar un partido durante el transcurso del mismo, pero no haciendo substituciones de jugador por jugador (eso lo lo puedo hacer hasta yo). Debe demostrar que ha estudiado el curso de entrenador y aplicar cosas que se vean reflejadas en el campo, sino, no sirven para nada. Y sobre todo, el futbol es un estado de ánimo, y el entrenador debe moldear el ánimo de los jugadores durante la temporada y algun partido en particular con especial incapié.
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